viernes, 14 de diciembre de 2007

GOLEADA ESCANDALOSA

Saludos a todos.
Realmente, tras el varapalo de ayer en el Municipal de Son Ferriol pocas cosas se pueden decir del partido que nos enfrentó al Constància. El hecho de que te metan seis goles en tu propio campo es algo que puede pasar en una mala tarde, en una tarde muy mala, en una tarde de esas para olvidar y una de las más tristes de las últimas temporadas para los balearicos. La tarde no invitaba a salir de casa y gastarse los euros en ir al fútbol a aguantar la lluvia y el frío. Pero uno es balearico y lo hace por amor a sus colores. ¿Qué se recibe a cambio? Cuatro goles en 25 minutos, que se dice pronto y seis en el total del partido.
Pero aparte del resultado, hay cosas que a uno se le quedan en la retina. Y no se me va a poder olvidar la actitud de nuestro entrenador durante el partido: parecía resignado a su suerte, sin coraje, sin espíritu. Se equivocó gravemente en el planteamiento y, cuando quiso cambiarlo ya era demasiado tarde y el daño estaba hecho. Un resultado como el de ayer y la forma en que se produjo es para que los responsables del club "facin un pensament" y tomen medidas. Esto no puede volver a repetirse. No hay que hacer más que mirar los resultados previos del Constància fuera de casa para darse cuenta de que excepto en Campos (donde metió tres goles) en el resto de sus victorias lo había hecho por la mínima y metiendo como mucho dos goles. Sin embargo, llega aquí y nos torea con una superioridad abrumadora. Fue algo sonrojante. Sólo a un lumbrera como el señor Espinosa se le ocurre jugar con la alineación con la que jugó ayer contra un equipo como el Constancia. Nuestro centro del campo era de los de melocotón de almíbar, de los de algodón de feria, de esos que se derriten en la boca. Repasémoslo: Edi, Camacho, Palomo, Santi (este chico tiene muy buenas maneras) y la colaboración de Xino. Todos ellos unos "pitbulls" de garantías. Sergio Rojals (¡qué tiempos aquéllos!) jugó como le dio la gana e hizo lo que le dio la gana durante todo el partido. La banda derecha de nuestra defensa (con un desastroso Ángel Cuevas) fue una auténtica autopista para las entradas de los jugadores inqueros. ¿Qué hacía García en el banquillo? Algunos de la grada tuvimos que decirle al señor Espinosa que quitara a Cuevas, que aquello era una autopista. Parece que él no lo había visto o que le daba igual. Yo creo que le daba igual, que le importaba un pito hacer el ridículo. En fin, me estoy calentando y no quiero hacer sangre.
Acabaré diciendo que lo de ayer se produjo por las siguientes circunstancias: a) la ausencia de jugadores como Bruno (importantísimo, un pedazo de central) o Valenzuela (habitual titular); b) la gran categoría del equipo rival, con un entranador de gran nivel que al nuestro le da sopas con honda; c) la nefasta actuación del señor Espinosa, que demostró que no tenía ni idea de cómo jugarle a un equipo como el Constancia. No sólo es la alineación lo que determina el partido, también es muy importante la forma de jugarlo y lo que tengo muy claro es que un equipo como el nuestro no puede salir al campo a jugar de tú a tú al Constància; d) los graves problemas por los que está pasando nuestro club; e) la sensación de derrumbe total que transmite todo lo relacionado con el Atlético Baleares.
Lo que tengo muy claro es que los que menos culpa tienen de lo que pasó ayer tarde son los jugadores: los chicos hacen lo que pueden y todos ellos se pegaron un buen tute a correr detrás del balón. Ellos no tienen la culpa de estar en un desastre de club.
El fantasma del descenso a Preferente lo tenemos ahí mismo. Algo hay que hacer. SEÑORES DIRECTIVOS: ALGO TIENEN USTEDES QUE HACER.
De todos modos, ya dije que caer derrotados frente al Constància era un resultado probable y que no por eso había que rasgarse las vestiduras. Lo que pasa es que una cosa es perder y otra que te metan cuatro goles en 25 minutos.
A pesar de todo, tenemos que seguir al lado de nuestro equipo para bien o para mal y el próximo fin de semana en Santanyí a quitarnos de encima el lastre con el que nos cargamos ayer.
Hasta otra. Salud.